Con el fin de recuperar el medio ambiente, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) insiste en la creación de ecosistemas nativos que contribuyan al saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo. La Saladita norte es el primer trabajo de humedal urbano donde se busca su puesta en valor y recomposición ambiental.
El estudio se trata de muestras cualitativas y cuantitativas de la biodiversidad acuática que ayudan para observar las tareas de recuperación ambiental que se están llevando adelante en el sitio.
Esta reserva daría beneficios como: recarga de acuíferos, autodepuración de las aguas, regulación de la temperatura y de inundaciones, formación de suelos, refugio y desarrollo de flora y fauna nativa, mayor resiliencia de poblaciones vulnerables, incremento de recursos para el desarrollo económico, beneficios recreativos y culturales.

ACUMAR ocupó el lugar con la siembra de semillas de césped, plantación de especies nativas y limpieza del cuerpo de agua, extrayendo materiales de origen industrial. Conjunto a un equipo de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), analizan la recuperación paulatina del área mediante el muestreo programado y sistematizado de la flora y fauna.
Actualmente, ACUMAR y la UNDAV monitorean la zona cada quince días para saber acerca de los parámetros de la físico-química del agua y de los bioindicadores (mosquitos y libélulas), que ayudan para saber la evolución de las intervenciones realizadas anteriormente.
La Saladita Norte está ubicada en la localidad de Dock Sud, en Avellaneda, y se originó a principios del S.XX, a partir de excavaciones que sirvieron para construir el puerto. A lo largo de los años se convirtió en un punto de arrojo de residuos y materiales de relleno.
Los trabajos que realizaron están incorporados al objetivo de la recomposición ambiental contemplado dentro del Plan Integral de Saneamiento Ambiental para cumplir con lo establecido por la Justicia.
