PAIS
16 de julio de 2015
Cristina Fernández y Evo Morales inauguraron el monumento a Juana Azurduy

La visita del Presidente de Bolivia incluyó además la firma de convenios energéticos, migratorios y sanitarios.
“Juana Azurduy, flor del Alto Perú, no hay otro capitán más valiente que tú. El español no pasará, con mujeres tendrá que pelear”, resonó anoche en la voz de Mercedes Sosa cuando la presidenta Cristina Fernández y su par del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, encabezaron la colorida inauguración del monumento a Juana Azurduy, heroína de las luchas independistas en Sudamérica y generala del Ejército argentino, en el jardín posterior de la Casa de Gobierno.
“Siento una enorme alegría. Es un gran homenaje a todas las mujeres latinoamericanas que luchan, otra forma de descolonizarnos porque estamos en tiempos de liberación”, definió Morales, luego de que fuera descubierto el monumento donado por su país, en el marco de una visita de Estado, que incluyó la firma de acuerdos de cooperación, energéticos, sanitarios y migratorios.
Acuerdos y solidaridad
Tras una breve reunión en el despacho presidencial, Cristina y Evo se reunieron con las comitivas en el Salón de las Mujeres del Bicentenario. Allí firmaron la batería de acuerdos, que, en los últimos días de julio, serán seguidos por los ministros de las distintas áreas de ambos países. El de mayor relevancia es un convenio sobre regulación nuclear rubricado por el Ministerio boliviano de Hidrocarburos y Energía y la Autoridad Regulatoria Nuclear de la Argentina.
El país vecino, que mañana ingresará formalmente al Mercosur, en el marco de una cumbre en Brasilia, compró un reactor en la Argentina (se lo adquirió a INVAP-CONAE) y ahora necesita conformar un ente regulador de la energía nuclear para el uso pacífico de esa tecnología. El acuerdo incluye entre sus puntos el intercambio de personal y de información.
Color y descolonización
Tras la firma de los acuerdos, los presidentes salieron de la Casa de Gobierno rumbo a la Plaza ubicada detrás del edificio. La noche helada no impidió que ambos se sacaran fotos con militantes y que aceptaran regalos de los productores que, hasta el sábado, venden verduras, mermeladas, especias y artesanías en una feria montada en el marco de los festejos de la llamada Fiesta Popular de la integración. Luego de que se entonaran los himnos nacionales, interpretados por la Sinfónica de mujeres del Colegio Militar de la Nación, los presidentes fueron espectadores del show colorido del Ballet Folclórico Nacional de Bolivia en homenaje a Azurduy y al pueblo donde nació, “Expresiones autóctonas de Sucre”.
Un grupo de bailarines, vestidos de distintos colores y colgados de una grúa, fueron los encargados de descubrir el enorme velo debajo del que se escondía la escultura de bronce del artista Andrés Zerneri. “Siento una enorme alegría. Juana es una hermana, una abuela y una guerrillera de la independencia. Es un gran homenaje y una forma de descolonizarnos. Ella, por esta Patria Grande, perdió su tierra, su compañero y sus hijos y además, falleció empobrecida. ¡Que viva Argentina! ¡Que viva Bolivia!”, dijo Evo ante los funcionarios y militantes.
Cristina agasajó a Evo y a la comitiva que lo acompañó con una cena en el Museo del Bicentenario, pero el encuentro –por momentos– se convirtió en una reunión entre viejos compañeros, con anécdotas e historias. Evo agradeció el pedido del Papa por la salida al mar de Bolivia y celebró la asociación estratégica con la Argentina: “Antes las ambulancias eran un regalo de una embajada o una ONG y ahora recibimos tecnología argentina”. Cristina defendió la iniciativa de remplazar la estatua de Colón por la de Azurduy, idea que nació tras una conversación con Chávez.
“No tenemos nada en contra de Colón, pero el rol de las mujeres en la independencia siempre ha sido minimizado”, razonó y pidió un aplauso para Zernari, el autor de la obra.
FUENTE TIEMPO ARGENTINO.-