OPINIÓN
28 de agosto de 2015
Campaña sucia - Por Gabriel Princip

Luego de las PASO, Daniel Scioli denunció una campaña sucia por parte de Mauricio Macri. El tema consistía en publicar videos viejos sobre las inundaciones del último mes. Pero la campaña sucia es el divertimento preferido que utiliza Durán Barba, el alter ego de Macri, para cualquier comicio.
En su libro supo escribir que, si es necesario influenciar en el otro hasta llevarlo al suicidio, adelante, también vale. Ahora bien, en la antigüedad democrática campaña sucia era robar urnas, matar al que no quiera votar al ya acordado, utilizar a la policía para robo de planillas, hacer votar a los muertos, entre otros detalles.
Eso terminó parcialmente con la Ley Sáenz Peña. Hoy hay demasiado control y más honestidad. En los últimos tiempos, cuando la denuncia de robo y fraude se hace una semana antes del comicio significa que el candidato pierde, o sea es mentira.
Las trampas alcanzan su paraíso cibernético en las redes sociales. La pregunta es, ¿Quien empezó? los macristas dicen que los K comenzaron y viceversa.
Ya no importa quien empezó. Hace falta saber cuándo se termina. Pero que en las redes sociales se “tolera” todo, lo que no se entiende y no se castiga es que los dirigentes de supuesto prestigio ejerzan la campaña sucia. Ejemplos a borbotones.
Elisa Carrió y Jorge Lanata usando el departamento de esta para una declaración mentirosa sobre el supuesto narco Aníbal Fernández, es una vergüenza. Maxime cuando ocupo la tapa de los diarios todo un día y no prosiguió el tema porque era falaz y daba vergüenza ajena.
Que Lanata insulte en inglés a cualquier hombre del oficialismo cuando comience y termine su programa es campaña sucia.
Que Macri se dedique a usar a los inundados para desprestigiar a Scioli es campaña sucia, sobre todo él, que no puede hablar del tema. Ya le ocurrió y el gobernador no lo atacó.
Que sus economistas muy sueltos de cuerpo descalifican a otros candidatos y digan públicamente que las paritarias son un acto fascista, es campaña sucia.
Que la ex frepasista Laura Alonso, la montonera Patricia Bullrich y la radical Elisa Carrió viajen a EEUU a buscar fondos de ONG para crear el caos en la Argentina, es también campaña sucia.
En una palabra, difícilmente las mayorías voten la campaña sucia, hace falta candidatos con propuestas y ejemplo. Votar a Macri con su sequito de antisemitas y uniformados no será campaña sucia pero que el voto es poco transparente y si lo es ¿O me equivoco?