ACTUALIDAD
3 de abril de 2017
EL AMOR VENCE

El odio se hizo presente una vez más de las calles. Hoy el marketing manda y para muestra basta el Gobierno y sus slogans, lemas que proponen.
Por Lucas Goodwin
De los creadores de “la pelea no es contra el docente si no contra el gremialista docente”, y “es una marcha política”, se le suma “el club del helicóptero”.
Esta frase hace referencia a un supuesto grupo de personas que fogonean la caída de un Gobierno por el sólo hecho de estar en contra, se supone que es por perder privilegios injustamente otorgados. La alusión del helicóptero viene de la caída del corrupto Gobierno de De La Rúa, que no fue por los sobornos reconocidos por Mario Pontaquarto, por los recortes salariales, por un alto índice de pobreza, sino que no se lo dejó gobernar.
Ahora existen salarios licuados contra la inflación, los despidos, la corrupción de condonar deudas a familiares, incompatibilidad de funciones, etc. Pero obviamente quien se manifiesta para denunciar esto es un desestabilizador, un miembro del club del helicóptero.
El odio se hizo presente una vez más de las calles comencé escribiendo, quizá fue exagerado teniendo en cuenta que si bien nadie dice datos certeros se supone que no fueron más de 25.000 las personas auto convocadas por TN y por el oficialismo a la Plaza de Mayo. Pero dejando de lado el número, el motivo de la supuesta marcha por la democracia tuvo como denominador común el resentimiento, gente que estaría a gusto con la década infame. Muchos que avanzaron y que tuvieron años prósperos pero les molestó tener cerca de sus casas a otras personas que también les iba mejor.
Un compañero de la casa habla de la lógica del colectivo, “cuando lo esperan en la parada quieren que frene para subirse sin importar que esté lleno. Pero una vez arriba del bondi, quieren que no frene más para llegar rápido”. Se vio muchas personas mayores hablando de jóvenes acusándolos de vagos.
Había manifestantes el sábados, a los cuales si me leen les pido perdón ya que aborrecen el término manifestantes, que les va peor ahora. La inflación, la suba de tarifas obviamente le repercuten. Pero todo vuelve a su normalidad, que la brecha se agrande y se le cuente las costillas a lo popular.
De golpe y porrazo, observamos a los asistentes a la Plaza de Mayo arrobarse que son los dueños de la democracia y en su nombre que una mujer diga con total frialdad que en la “dictadura desaparecieron los que tenían que desaparecer”, “que durante años sólo se mostró una parte de los 70`”, todo eso en pos de una marcha por la democracia. Los que denunciaban la politización de la manifestación, hablaban de política. Bienvenido sea que entiendan que no está mal eso.
Otros decían vinimos solos, no nos pagaron un “chori” ni 500 pesos, a su vez que afirmaban que los vagos no vuelven más “se le termino la caja”, gritaban. Regio, ¿Quien pagó 500 pesos a 2 millones de personas que se fueron manifestando en marzo solamente?. Es que es una constante, frases que no aguantan una repregunta.
Pero la marcha por la democracia, defendiendo a un Gobierno que impulsa políticas similares a las planteadas en planes económicos de Gobiernos de facto es tan irónico como el “vayan a laburar” ante un corte por despidos, y que precisamente piden por la reincorporación laboral.
James Allen en 1902 escribió el libro Piensa Como Hombre, en el cual reflexionaba sobre la Ley de Atracción. Según él existe la profecía auto cumplida.
Esa gente que presume defenderse de “otros” que intentan la desestabilización, que ponen palos en la rueda, y también porque no, que forman parte del club del helicóptero son lo que introducen en agenda estos temas.
Unos piden cambio en el rumbo político, social y económico para todos, otra gente pide que a esos les vaya peor. ¿Quién es el desestabilizador?